Acerca del autor:
Ba Jin (1904-2005), anteriormente conocido como Li Yaotang, fue un escritor, traductor y activista social chino. Entre sus obras más representativas se encuentran las novelas Familia, Primavera y Otoño, y los libros de prosa Notas de Viaje y Pensamientos Casuales. Su lenguaje es cálido, brillante y sencillo, y sus obras se centran en promover la verdad y la bondad. Se le conoce como el "Escritor del Pueblo".
Puntos clave:
Este libro selecciona ensayos de Ba Jin, aptos para estudiantes y adultos. Según su contenido, los artículos se dividen en cuatro categorías. La primera, lo que Ba Jin vio y escuchó durante sus viajes, así como sus pensamientos e ideas sobre la vida cotidiana; la segunda, los recuerdos de Ba Jin de su infancia y la nostalgia de sus viejos amigos; la tercera, sus reflexiones y análisis sobre algunos fenómenos de la realidad; y la cuarta, el prefacio y la posdata. Los ensayos de Ba Jin están llenos de amor por la patria, el pueblo y la vida. Su lenguaje es sencillo y brillante, con un gran valor ideológico y literario, y merece la pena leerlos repetidamente.
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Reflejos:
Me encantan las noches de luna, pero también los cielos estrellados. Antes, cuando disfrutaba del aire fresco en el patio de mi ciudad natal durante julio y agosto, me encantaba contemplar la densa cúmulo de estrellas. Contemplando el cielo estrellado, me olvidaba de todo, como si volviera a estar en brazos de mi madre. Hace tres años, vivía en Nanjing, donde vivía, y cada noche, al abrirla, veía una noche tranquila. Abajo, un huerto, y arriba, un cielo azul con densos cúmulos de estrellas. Aunque la luz de las estrellas es diminuta a simple vista, nos hace sentir que la luz está en todas partes. En aquel entonces, leía libros de astronomía y reconocí algunas estrellas. Parecían ser mis amigas y siempre me hablaban. Ahora, en el mar, me enfrento a las estrellas cada noche y las conozco muy bien. Me tumbo en la cubierta y miro al cielo. Hay innumerables estrellas, entre brillantes y tenues, suspendidas en el profundo cielo azul. El barco se mueve, y las estrellas también. ¡Están tan bajas que se mueven de verdad! Poco a poco, mis ojos se nublaron y me pareció ver innumerables luciérnagas volando a mi alrededor. La noche en el mar es suave, tranquila y soñadora. Miro las numerosas estrellas familiares, y me parece verlas parpadear y oírlas susurrar. En ese instante, lo olvido todo. En los brazos de las estrellas, sonrío y me duermo. Me siento como un niño durmiendo en los brazos de mi madre.