"La esencia de la comunicación" (capítulos seleccionados, con algunas omisiones) Evitar estos malentendidos comunes en la comunicación puede ayudarnos a reducir muchos problemas innecesarios en la vida.
1. No toda comunicación se trata de comprensión. Se podría asumir que el propósito de la comunicación es comprendernos mutuamente. Si bien cierta comprensión necesaria ayuda a coordinar nuestras interacciones, los siguientes tipos de comunicación que damos por sentado no tienen como objetivo principal la comprensión, por ejemplo: Realizamos rituales sociales a diario. Cuando preguntas "¿Cómo estás?", incluso si la otra persona lo está pasando mal, responderá "Estoy bien". El propósito principal de dicha comunicación es reconocer la existencia y el valor del otro. El mensaje subyacente es "Creo que eres importante y mereces mi atención". Hay una clara falta de intercambio de información serio. En el análisis de caso de Weibo, podemos encontrar que este ritual social de "mantenerse en contacto" ocurre no solo en la etiqueta social cara a cara, sino también en la comunicación en plataformas digitales.
Muchos intentos de influir en los demás. El objetivo de la mayoría de los anuncios televisivos es persuadir a los espectadores a comprar productos, en lugar de ayudarles a comprender el contenido del anuncio. De igual manera, cuando persuadimos a otros a hacer algo, no esperamos que lo entiendan, sino que simplemente esperemos que obedezcan las instrucciones y completen la tarea.
Ambigüedad y ocultación deliberadas. Cuando quieres rechazar la invitación de alguien, podrías decir: "Estoy ocupado". Obviamente, quieres dar la impresión de que esta decisión escapa a mi control. (Si tu objetivo es claro y no te importa herir a la otra persona, podrías decir: "No quiero ir en absoluto. De hecho, prefiero hacer cualquier otra cosa antes que aceptar tu invitación"). Como explicaremos en detalle en el Capítulo 3, las personas a menudo engañan o distorsionan sus intenciones originales al comunicarse porque quieren ocultar sus verdaderos pensamientos y sentimientos.
2. Más comunicación no siempre es mejor. La comunicación insuficiente puede causar problemas, al igual que el exceso. Cuando las personas repiten las mismas ideas una y otra vez, la comunicación pierde eficacia.
A veces, hablar demasiado puede empeorar un problema. Como dicen McCroskey y Wheeless: «Una mayor comunicación negativa conlleva resultados más negativos». Incluso si su relación no está en problemas, es mejor menos comunicación que más. Un estudio reveló que los compañeros que no dependían el uno del otro en el trabajo tuvieron un mejor rendimiento laboral cuando redujeron las conversaciones triviales. A veces, ni siquiera interactuar es la mejor solución. Cuando las personas están enojadas o molestas, pueden decir cosas que no sienten y luego arrepentirse. En estos casos, tómese un tiempo para calmarse y piense detenidamente qué decir y cómo decirlo. La información del Capítulo 8 le ayudará a decidir cuándo y cómo compartir sus sentimientos.
3. La comunicación no resolverá todos los problemas. A veces, incluso con el tiempo, el lugar y las personas adecuados, y todo bien calculado, no hay manera de resolver el problema. Imagina que vas con el profesor y le preguntas por qué te dio una calificación baja, aunque crees que puedes obtener una alta. Tras escuchar tu protesta, te explica claramente por qué no puedes obtener una alta. ¿Crees que este tipo de comunicación resuelve el problema? Me temo que no.
A veces, la comunicación clara puede ser fuente de problemas. Por ejemplo, si una amiga te pide tu opinión sincera sobre un vestido nuevo que vale miles de dólares y le respondes: "Creo que te hace ver gorda", podrías hacer más daño que bien. Decidir cuándo y cómo decir lo que piensas no es fácil, pero el Capítulo 3 te dará algunos consejos.
4. Las habilidades comunicativas no son innatas. Mucha gente piensa que la comunicación es como respirar, algo que se puede hacer sin entrenamiento. Aunque casi todos pueden funcionar con normalidad sin mucha práctica comunicativa, la eficiencia comunicativa de la mayoría está muy por debajo de su potencial. De hecho, las habilidades comunicativas se parecen mucho a la capacidad atlética. Incluso quienes no son buenos para la comunicación pueden volverse eficaces con la práctica, y para quienes tienen un don natural para la comunicación, la práctica adquirida puede garantizar que sus habilidades comunicativas no se deterioren. Con esto en mente, es hora de ver cómo comunicarse eficazmente.
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