Acerca del autor:
Lyman Frank Baum (1856-1919) es un escritor estadounidense de literatura infantil. Posee talento y una amplia gama de intereses. Ha trabajado como periodista, actor, pequeño agricultor, dueño de una tienda de comestibles, etc. Este libro es su obra más representativa. Desde su publicación, El maravilloso mago de Oz ha sido un éxito entre los lectores. Por ello, existen más de diez obras posteriores.
Puntos clave:
"El mago de Oz" de Lyman Frank Baum cuenta una maravillosa aventura fantástica.
Dorothy, una niña de Kansas, y su perro Toto fueron arrastrados a la Tierra de Oz por un poderoso tornado. Para regresar a su pueblo natal y a sus tíos Henry y Em, quienes la adoptaron huérfana, se enfrentó a muchos peligros y experimentó innumerables dificultades. Durante su largo viaje, nuevos compañeros se unieron a ella: el Espantapájaros, que anhelaba un cerebro pensante; el Leñador de Hojalata, que anhelaba un corazón activo; y el León Cobarde, que anhelaba ser valiente. Antes de unirse a este equipo, cada uno tuvo sus propias experiencias, pero se convirtieron en compañeros cercanos durante el viaje. Compartieron dificultades y alegrías, vivieron juntos esas increíbles y extrañas experiencias, y todos cumplieron sus respectivos deseos.
......
Tabla de contenido:
Introducción
Antiguo grupo de misión
tornado
Conociendo a los Munchkins
Dorothy hizo un espantapájaros
Camino a través del bosque
Rescata al leñador de hojalata
León cobarde
De camino a ver el Gran Oz
Campo de flores mortal
Reina de los ratones
Guardia de la puerta
La maravillosa ciudad de Oz
A la caza de la bruja malvada
De vuelta de entre los muertos
Mono volador
Descubre el secreto de Oz el Terrible
El truco del gran mentiroso
Cómo despega un globo
Vamos al sur
Atacado por el árbol agresivo
La elegante ciudad natal de la porcelana
El león se convierte en una bestia
El mundo de los Quadlings
Glinda, la bruja buena, concedió el deseo de Dorothy.
De vuelta a casa
Grupo posterior a la tarea
Apreciación
......
Reflejos:
Dorothy se despertó con la sacudida. Fue tan fuerte y repentina que, si no hubiera estado acostada en la mullida cama, podría haberse lastimado. Se oyó un crujido agudo, y contuvo la respiración, sin saber qué había pasado. Toto le puso su fría naricita en la mejilla y gimió. Dorothy se incorporó y notó que la casa ya no se movía, y que el cielo ya no estaba oscuro, pues un sol radiante entraba a raudales por las ventanas en la pequeña habitación. Saltó de la cama, con Toto pisándole los talones, y corrió a abrir la puerta.
La niña miró a su alrededor y gritó, abriendo mucho los ojos. ¡La escena ante ella era asombrosa! El tornado había dejado caer la casa suavemente —muy suavemente para ser un tornado— en medio de un hermoso desierto. Estaba rodeada de pequeñas parcelas de hermoso césped verde, árboles altos llenos de frutas hermosas y fragantes, y matas de flores preciosas por todas partes. Pájaros con plumas brillantes y raras batían sus alas y cantaban en el bosque y los arbustos. No muy lejos, un arroyo corría por el verde, centelleando y gorgoteando; para una niña que había vivido durante mucho tiempo en la pradera seca y gris, el sonido era realmente hermoso.
Mientras permanecía allí, contemplando la extraña belleza del paisaje, de repente se dio cuenta de que un pequeño grupo de personas se acercaba. Eran las personas más extrañas que había visto en su vida. No eran tan altos como los adultos que estaba acostumbrada a ver, pero tampoco eran muy bajos. De hecho, eran casi tan altos como Dorothy, lo cual era bastante alto para su edad; pero incluso a esa distancia, podía notar que eran mucho mayores que ella.
Había tres hombres y una mujer, todos vestidos con ropas muy extrañas. Llevaban sombreros redondos, con viseras que se elevaban hasta lo más alto, y las puntas de sus sombreros les llegaban aproximadamente un pie por encima de la cabeza; y alrededor de los bordes de sus sombreros había campanillas que tintineaban hermosamente al caminar. Los sombreros de los hombres eran azules, pero el de la mujercita era blanco, y llevaba un vestido blanco plisado, que le colgaba de los hombros y estaba cubierto de estrellitas que brillaban como diamantes al sol. La ropa de los hombres también era azul, del mismo tono que sus sombreros, y sus botas estaban muy lustradas, con amplios puños azules alrededor de los bordes. Dorothy pensó que los hombres tenían más o menos la misma edad que el tío Henry, pues dos de ellos tenían barba; pero la ancianita era sin duda mucho mayor, pues tenía la cara llena de arrugas, el pelo casi blanco y caminaba con una ligera cojera.
Dorothy se quedó en la puerta. Al acercarse la gente a la casa, se detenían y hablaban en voz baja, como si temieran acercarse. Entonces, la viejecita se acercó a Dorothy, hizo una profunda reverencia y le dijo con dulce voz: «Querido Mago, bienvenido a la tierra de los Munchkins. Te agradecemos por matar a la Malvada Bruja del Este y por liberar a nuestro pueblo de la esclavitud». Dorothy se sorprendió al oír esta bienvenida. ¿Qué quería decir la viejecita al llamarla Maga y decir que había matado a la Malvada Bruja del Este? Dorothy era una niña inocente.