La sordera es la muerte de una parte del mundo para la gente común, y la muerte del mundo entero para los músicos. ¡El mundo entero está muerto, pero Beethoven no está muerto! Además, reconstruyó el mundo muerto, el reino del sonido, no solo para sí mismo, sino también para la humanidad, para la "pobre humanidad"! Tal poder de trascendencia y creación solo puede compararse con el poder innombrado y primitivo de la naturaleza. ¡En medio del gran desierto donde la muerte envuelve todo, solo el poder de la naturaleza puede darte un trozo de hierba acuática!

●Prólogo a la Biografía de Beethoven Testamento de Beethoven Colección de Cartas y Pensamientos Prólogo a la Biografía de Miguel Ángel Miguel Ángel Esta es su vida de sufrimiento sagrado Prólogo a la Biografía de Tolstói Un breve análisis de las últimas obras de Tolstói La respuesta de Asia a Tolstói Carta a Gandhi escrita por Tolstói dos meses antes de su muerte

"La vida de los grandes hombres" es una obra biográfica escrita por Romain Rolland (1866-1944), un famoso escritor realista crítico francés de finales del siglo XIX y principios del XX. Incluye tres biografías: "La vida de Beethoven" (1903), "La vida de Miguel Ángel" (o traducido como "Miguel Ángel") (1906), y "La vida de Tolstói" (1911), con un total de 268.000 palabras. Se le llama "las biografías de los tres grandes héroes" y también se conoce como "las tres biografías de gigantes". Este libro también confirma muy bien un viejo dicho chino: aquellos que han logrado grandes cosas en tiempos antiguos y modernos no solo tienen talentos extraordinarios, sino también perseverancia.

[Francés] Romain Rolland, traducido por Chen Xiaoqing

Beethoven
Sé bondadoso y ama la libertad por encima de todo. Incluso por el trono, nunca traiciones la verdad. - Beethoven (Manual de 1792)
Era bajo y robusto, con una constitución fuerte como la de un atleta. Tenía un rostro ancho, de un rojo terroso, que solo se volvió pálido y enfermizo en la vejez, especialmente en invierno cuando permanecía en interiores y lejos de los campos. Tenía una frente ancha y prominente, y su cabello era negro, grueso y denso, como si un peine nunca hubiera podido peinarlo, y se erguía como "la serpiente en la cabeza de Medusa". Sus ojos brillaban con una luz mágica que impactaba a todos los que la veían. Debido a que los dos ojos irradiaban una luz áspera sobre un rostro moreno y trágico, la gente pensaba que sus ojos eran negros. De hecho, no eran negros, sino azul-grisáceos, pero la diferencia era tan sutil que la mayoría de la gente no podía notar la diferencia. Estos dos globos oculares pequeños y hundidos repentinamente crecían cuando se excitaban o enojaban, y rodaban en las cuencas de los ojos, reflejando las emociones que contenían.